
Carlos V: el Emperador y su historia de amor con la Comarca de la Vera
Cuando hablamos de historia en la Comarca de la Vera, aparecen nombres ilustres que llenan páginas en los libros. Pero sin duda hay uno que destaca, sobre todo por su posición y por la trascendencia que ha tenido desde hace siglos. Nos referimos al Emperador Carlos V, conocido en España como Carlos I por ser el primer monarca con este nombre.
Hoy queremos hablar un poco de la figura de este personaje, y sobre todo de su historia de amor con nuestra tierra, que le llevó a decidir pasar sus últimos años de vida aquí.
Nieto de los Reyes Católicos
Carlos nació fruto de la unión entre Felipe “el Hermoso”, hijo de Maximiliano I, y Juana “la Loca”, tercera hija de los Reyes Católicos. Como los dos hermanos de su madre murieron, sus padres pasaron a ser los reyes de Castilla. Poco a poco todo se preparaba para el imperio que heredaría Carlos por la cantidad de títulos que recibió a lo largo de su vida: Las coronas de Castilla y Aragón, la herencia de los Borgoña, los territorios de Austria y el Sacro Imperio Romano que recibió por ser nieto de Maximiliano I.
Un reinado difícil
La verdad es que Carlos V no lo tuvo fácil para mantener el imperio. Las revueltas y ataques fueron frecuentes, aunque gracias al poderoso ejército que tenía pudo presentar batalla y retener los territorios. También peleó contra el Imperio Otomano para que los turcos no hicieran incursiones en Europa.
El retiro del Emperador
La historia de amor de Carlos V con la Vera comienza con la derrota de Innsbuck, donde casi lo capturan y huye a los Alpes. En principio pensaba quedarse allí, pero tras abdicar y repartir los territorios del imperio decide retirarse y recuperarse de la gota en una Comarca de la que le habían dicho que tenía un clima estupendo, y que estaba lejos de las grandes urbes. Se referían a la Vera.
El viaje comenzó en Flandes, navegando hasta Laredo. Después recorrió Castilla y al llegar a Tornavacas se desplazó sobre una silla hasta Jarandilla de la Vera. Allí se alojó en el Palacio de los Condes de Oropesa mientras se construía un palacio al lado del Monasterio de Yuste.
En febrero de 1557 termina su último viaje, desde Jarandilla hasta Yuste, donde pasas los últimos meses de vida. Además de la gota, que era muy dolorosa, un mosquito le pica y el Emperador muere de paludismo, tras pasar un mes con fiebres.
Carlos V quería ser enterrado en la cripta del monasterio, y de hecho su cuerpo reposó allí durante 15 años. Pero su hijo Felipe II decidió que los restos se llevaran al Monasterio de El Escorial, donde continúan a día de hoy.
La Ruta del Emperador en la Comarca de la Vera
Aunque breve, la historia que liga la figura de Carlos V con la Comarca de la Vera ha marcado desde siempre esta zona. Un ejemplo es la Ruta del Emperador, un recorrido desde Jarandilla hasta Cuacos de Yuste, pasando por Aldeanueva de la Vera, en el que se recorren los mismos caminos que hizo el monarca hasta su último lugar de residencia. Cada año se recuerda este episodio el primer fin de semana de febrero, con actuaciones y ambientación de esa época.
La relación de Carlos V con la Comarca de la Vera ha quedado grabada en la historia para siempre.