Leyendas de Hervas: Maruxa, la judía errante

Maruxa la judía errante en Hervás

Leyendas de Hervas Marusa la judía errante

Como ya comentamos en el artículo dedicado a Hervás y su barrio judío, en la localidad hay leyendas repletas de misterio que merecen la pena conocer. Leyendas como la que te vamos a contar hoy, que tiene muchos de los aspectos comunes a las tragedias de amor imposible. Nos referimos a la historia de la judía Maruxa, protagonista de la leyenda más famosa de Hervás.

La historia ha dado mucho de lo que hablar, desde una zarzuela hace más de un siglo hasta una película, además de representaciones teatrales que se celebran en la propia localidad durante las fiestas que rememoran el paso de los judíos por estas tierras.

El edicto de los reyes católicos

En 1492, los reyes católicos decretaron la expulsión de todos los judíos de España, lo que hizo que el número de familias hebreas se redujo bastante.
Una de esas familias que se quedó en Hervás fue la de Maruxa, una joven de gran belleza que además destacaba por su bondad. Tales eran sus cualidades que no pocos jóvenes cristianos se fijaron en ella.

El flechazo

Por el lado cristiano aparece Julían, un joven que apenas tenía un año más que Maruxa, que pasaba todos los días por la zona cercana al río de Hervás, ya que para llegar a las tierras de su familia debía cruzar con su caballo la zona más baja de la población.
Cada vez que el caballo de Julián pasaba por allí, la joven Maruxa se ponía colorada al recibir un saludo por su parte. Incluso se cuenta que alteraba su camino para encontrarse “por casualidad” con la chica, que avanzaba más deprisa tratando de ocultar su sonrojo.

El flechazo se fue creando, y los enamorados comenzaron a tener encuentros a pesar de que debido a sus respectivas religiones no podían hacerlo en público. Por eso quedaban al lado del puente que hay en la parte baja de la ciudad, en la conocida como fuente chiquita.

La tragedia

Una noche, mientras Maruxa y su amado estaban juntos, alguien los descubrió y se lo contó a uno de los otros jóvenes que habían sido rechazados, un judío llamado Dimas. Este fue a avisar al padre de Maruxa, que ordenó que la noche anterior al Sabbat, día de descanso semanal de los judíos, envió a varios asesinos para apuñalar a Julián.
La noche era oscura y había niebla, pero la joven vio a los sicarios y se puso delante de su amado para tratar de salvarlo. Aunque ambos acabaron muertos a puñaladas, y sus cuerpos quedaron juntos al pie de la fuente.

Como el día siguiente era sagrado para los hebreos, pero no para los cristianos, el padre de Julián recogió el cuerpo de su hijo para enterrarlo. Sin embargo, el de Maruxa ordenó que fuera enterrada fuera del cementerio judío. Su cuerpo fue sepultado al lado de la fuente en la que se encontraba con Julián, en uno de los márgenes del río.
Otra versión cuenta que Maruxa tuvo que huir cuando los sorprendieron, y por eso se vio obligada a errar por la tierra durante toda su vida.

La leyenda

La historia cuenta que Maruxa vaga llorando algunas noches al lado de la fuente, y que cuando esto sucede es anuncio de malas noticias.
¿Conocías la leyenda de Maruxa, la judía errante?

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