
Hace ya unos meses hablamos de una de las leyendas que forman parte de la historia de la Vera: la historia de la Serrana de Garganta la Olla, a medio camino entre lo real y las exageraciones que suceden cuando pasa el tiempo. Hoy queremos hablar de otra leyenda, una historia de amor forjada a mediados del siglo XVI que transcurrió en la localidad de Pasarón de la Vera y que tiene muchos puntos en común con tragedias como las de Romeo y Julieta o los amantes de Teruel. De hecho, a Pasarón se le conoce también como el pueblo del amor por la leyenda de Magdalena y Jeromín.
La leyenda de la Magdalena en Pasarón de la Vera
La historia comienza con un gran secreto. Jeromín es el diminutivo que recibió Juan de Austria, hijo de Carlos V. Durante el verano de 1558, el emperador estaba pasando los últimos momentos de su vida en el Monasterio de Yuste y llamó a Jeromín para verlo, aunque aún no estaba reconocido como hijo suyo. No se hizo público hasta dos meses después de que Carlos V muriera, por lo que nadie allí sabía su identidad real.
Jeromín tenía 14 años, y tampoco sabía que era hijo del emperador. Pero ese verano hubo algo que le importó más que eso. El jovencito tuvo un encuentro con los Condes de Osorno, en cuyo palacio solía pasar los veranos su sobrina Magdalena. Fue entonces, durante una batida de caza, cuando los dos jóvenes se conocieron y se enamoraron de forma irremediable.
En este momento hay dos líneas en la historia: unos cuentan que el conde no sabía quién era Jeromín, salvo su mala fama, y otra asegura que al apoyar la causa de los Comuneros, el tío de Magdalena era enemigo de Carlos V. En cualquier caso, no veía con buenos ojos la relación y no tardó en impedir que se vieran, sobre todo cuando los sorprendió una vez besándose de forma apasionada.
Pese a los esfuerzos del conde de Osorio, Jeromín se plantaba bajo el balcón de Magdalena todas las noches y recitaba poemas. Ella se asomaba y le miraba embelesada, consciente de que su corazón ya le pertenecía al joven.
Furioso por no poder apagar el fuego de la pasión adolescente, el tío encerró a Magdalena en lo más profundo de su palacio para que no pudiera oír los cantos de Jeromín, y que él no escuchara los llantos de su amada, algo que los hizo enfermar.
Leyendas y realidades
Hay quien cuenta que Magdalena murió encerrada en el palacio y que en luna llena su espíritu vaga por los pasillos llamando a Jeromín. Aunque la realidad es que la joven, desconsolada al no poder vivir su amor, ingresó en un convento de clausura, el de Cuenca de Campos. De hecho, en los registros de este convento se tienen datos que lo demuestran.
En cualquier caso, si vienes a alojarte en nuestras casas rurales en Cáceres, puedes acercarte a Pasarón de la Vera y visitar el palacio de los Condes de Osorno, donde comenzó la leyenda de Magdalena y Jeromín.